miércoles, 22 de abril de 2015


          Divorcio CON HIJOS
                           Ayuda para abordar estas situaciones

 “EL CUENTO DE LA TORTUGA”. Abordaje del divorcio en los niños

No hay nada como los cuentos para que los más pequeños aprendan a gestionar sus emociones y entiendan en muchas ocasiones las complejas emociones y sentimientos que generan en ellos sucesos tan traumáticos como el divorcio de sus padres.
Aquí dejo un pequeño cuento que me parece bonito y muy clarificador para comprender algunas de las razones que llevan a una pareja a separarse.
EL CUENTO DE LA TORTUGA

Erase una vez una tortuga de tierra llamada Duna que vivía en la arena. Le encantaba dar paseos por el campo y tumbarse al sol en la playa. Lo hacía a diario. También le gustaba excavar túneles y los cangrejos eran su animal favorito.
Cerca de allí, en el Océano, había una tortuga de mar llamada Patricio, que vivía en la profundidad del mar y disfrutaba nadando en las olas.

Un día Duna, la tortuga de tierra, buscando y rebuscando cangrejos llegó hasta la orilla del Océano, al mismo tiempo que Patricio, la tortuga de mar, nadó hasta las aguas menos profundas de la playa para poder sacar la cabeza de debajo del agua y contemplar el cielo azul. De pronto Patricio y Duna cruzaron sus miradas y se enamoraron. Patricio nunca había visto una tortuga de tierra y su aspecto diferente le pareció muy atractivo. Lo mismo le sucedió a Duna al ver el caparazón azulado de Patricio.
Las dos tortugas decidieron casarse. Durante un tiempo vivieron en la orilla del Océano para que Duna pudiera calentarse en la arena y Patricio permanecer en las aguas poco profundas.
Pronto tuvieron dos bebés tortugas Tommy y Tina, que se parecían a su padre y a su madre. Les encantaba tanto nadar en el Océano con su padre Patricio como tomar el sol en la arena como su madre Duna. Pero de pronto algo falló. Duna cada vez pasaba menos tiempo en la orilla del Océano y Patricio se pasaba el día nadando en aguas profundas. Además cuando estaban juntos discutían y se peleaban. Llegado el momento Patricio y Duna decidieron que ya no querían vivir más juntos.
Tommy y Tina estaban muy tristes. Querían estar con papá y mamá todo el día ya que amaban a los dos por igual. Tommy estaba muy enojado y gritaba sin parar y Tina estaba todo el día dentro de su caparazón.
Un día decidieron pedir ayuda al búho sabio que siempre daba buenos consejos. Y esto fue lo que hablaron.
“¿Puedes conseguir que papá y mamá vuelvan a estar juntos?”
“A veces las tortugas de mar y las tortugas de tierra discuten porque son dos especies distintas y con hábitos distintos. La tortuga de tierra se siente triste en el mar y la tortuga de mar se siente triste en la tierra. ¡Es preferible que cada cual viva donde es feliz! Pero vosotros, Tommy y Tina sois medio tortuga de tierra y medio tortuga de mar, así que podéis vivir en los dos sitios. Podéis vivir tanto con papá como con mamá”.
Y eso es lo que hicieron Tommy y Tina. Descubrieron muchos amigos y querían a papá y a mamá. Se convirtieron en una especie de tortuga nueva, capaz de vivir en tierra firme y en el mar.

viernes, 27 de febrero de 2015


6 MOTIVOS POR LOS QUE LOS NIÑOS MUERDEN, DAN PATADAS, EMPUJAN O ARAÑAN EN INFANTIL:
*POR ‪#‎SOBREPROTECCIÓN: una de las consecuencias del exceso de protección es la baja tolerancia a la frustración. Y, de manera natural, los niños a esta edad ya tienen una especie de “baja tolerancia a la frustración”, puesto que su visión del tiempo no es igual que la nuestra. Para ellos, un minuto puede ser una eternidad.


*POR FALTA DE ‪#‎LENGUAJE ORAL: al no dominar la comunicación verbal, sus formas de mostrar rechazo, frustración, deseo o necesidad son un tanto “primitivas”. Su agresividad es, simplemente, una manera de decir qué quieren o qué no quieren, su modo de hacerse entender y de resolver los problemas.


*POR PENSAMIENTO ‪#‎EGOCÉNTRICO: que implica, entre otras cosas, que son incapaces de ponerse en el lugar del otro. Es decir, carecen de ‪#‎EMPATÍA. 
Si yo quiero este juguete, lo quiero ahora y me da igual que lo tengas tú y que también lo quieras ahora.


*POR COSTUMBRE: cuando empieza a caminar y nos da algún manotazo… ¿a qué nos hemos reído e incluso comentado con alarde “mira mi niño/a que genio tiene”, “mira qué fuerte está a esta edad”? Eso refuerza esa conducta porque el niño cree que es algo "gracioso" que gusta a los mayores.


*POR EXCESO DE ‪#‎EMOCIÓN (‪#‎ALEGRÍA/CARIÑO): los peques a esta edad aún no saben controlar sus ‪#‎emociones y su forma de expresión, su fuerza, a veces se exceden porque se ponen nerviosos y quieren mostrar tanto cariño que un besito se convierte en un mordisco, una caricia se convierte en un pellizco y un abrazo se convierte en un empujón al suelo.


*POR PROBLEMAS CON LOS DIENTES O RETIRADA DEL CHUPETE: que acaben de salir los dientes es motivo más que suficiente para morder todo lo que tienen cerca. Recordemos sus primeros dientes, ahora están con las muelas.
Algunos niños tienen el chupete como un “vicio” que les relaja. El que empecemos a quitárselo es para ellos un proceso de estrés que puede desencadenar mordiscos a otros compañeros/as.

viernes, 20 de febrero de 2015


Los problemas psicológicos no son enfermedades
Esta idea, recogida en el título del libro escrito por los psicólogos Ernesto López y Miguel Costa, supone el punto de partida para un profundo análisis de los elementos que determinan el comportamiento, como nuestro lenguaje, biografía o contexto, cuyas alteraciones dan lugar a trastornos del comportamiento, no a enfermedades
EFE/Mario Guzman

Ernesto López y Miguel Costa, psicólogos clínicos y expertos en salud pública, desarrollan en su libro “Los problemas psicológicos no son enfermedades mentales” (Ed. Pirámide) una crítica radical de la psicopatología y una honda reflexión del comportamiento humano, cuyos trastornos comprendidos como patologías son “un mito”.
Una tendencia patente en el trabajo del DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico), cuya clasificación de los trastornos mentales ha supuesto la expansión de los límites de la enfermedad.
Este aumento de las patologías psiquiátricas registradas tiene su origen, según Miguel Costa, en la conversión de los trastornos de la conducta en trastornos mentales.
“Cuando actuamos de manera desafortunada, cosechamos dificultades que pueden derivar en problemas psicológicos del comportamiento, pero considerarlos como enfermedades es una invención”, afirma.
Una de las principales causas de una conducta disfuncional, origen de diversos trastornos psicológicos, es la falta de adaptación entre el comportamiento, configurado por nuestras reacciones ante los avatares de la vida, y el contexto social.
Nuestra experiencia y el mundo de nuestro comportamiento
La biografía personal y el entorno en el que se desarrolla determinan la aparición de factores de riesgo con respecto a patologías graves, como la esquizofrenia, cuando la persona se ve desbordada por la experiencia vivida.
“Si estoy en China sin saber chino, las dificultades para controlar mi entorno social podrían derivar en problemas crónicos al entrar en una situación de fracaso repetido”, indica.
EFE/M.Lorenzo
Por tanto, las reacciones que configuran el comportamiento dependen de una conexión entre biografía y entorno que permita a cada persona desarrollar competencias.
Para conseguir este objetivo en ocasiones es necesario un “tratamiento psicológico de empoderamiento”, en el que cada persona aprenda a resolver las dificultades del contexto en el que vive.
Ello se puede ver dificultado si un comportamiento disfuncional se considera una enfermedad, ya que recurrir al tratamiento farmacológico “para mejorar o aplacar el ánimo puede limitar el repertorio de cada persona, su capacidad de empoderarse”, señala Miguel Costa.
Nuestro yo social
La influencia del lenguaje interior y la imaginación en la salud mental también está relacionada con el mundo en el que vivimos, puesto que estas conversaciones con nosotros mismos parten de un lenguaje social.
“Por ello nuestras propias normas son reglas interiorizadas a partir de un contexto determinado”, afirma.
La falta de correspondencia entre el comportamiento y la norma, al no compartirla, puede generar un problema psicológico de inadaptación a un determinado entorno.
Para evitar este resultado el doctor Costa insiste en “el aprendizaje de la responsabilidad”, donde el padecer las consecuencias de los actos, para bien o para mal, actúa como un regulador de la conducta.
Otro elemento interno que deriva de la realidad y que puede suponer un trastorno del comportamiento es la falta de correspondencia entre lo imaginado y lo vivido.
“Si estos elementos no coinciden, la incoherencia que provocan te obliga a pensar en ella o a evitarla, lo que puede dar lugar a alucinaciones”, explica.
Todo ello compone nuestro “yo soy yo y mis circunstancias”, que dijera Ortega y Gasset, donde nuestra conducta es creada y condicionada, y donde sus alteraciones dan lugar a trastornos del comportamiento y no a enfermedades mentales, según los psicólogos clínicos Ernesto López y Miguel Costa.